Resumen de la Primera Epístola a los Tesalonicenses

Saludo y Agradecimiento (1:1-10)

La carta comienza con el habitual saludo de Pablo, Silvano y Timoteo a la iglesia de Tesalónica, expresando su gratitud por la fe, el amor y la esperanza que los tesalonicenses han demostrado en medio de la persecución. Pablo les recuerda cómo ellos se convirtieron en un ejemplo para todas las iglesias de Macedonia y Acaya y cómo su fe se extendió por todas partes.

Experiencia en Tesalónica (2:1-20)

Pablo recuerda cómo predicaron el evangelio con valentía en medio de la oposición y la hostilidad en Tesalónica, no con engaño o impureza, sino con integridad y amor genuino. Destaca cómo trabajaron arduamente para no ser carga para nadie mientras predicaban el evangelio y cómo su ministerio fue un testimonio poderoso de la obra de Dios en ellos y entre los tesalonicenses.

Preocupación por los Tesalonicenses (3:1-13)

Pablo comparte su preocupación por los tesalonicenses y su deseo de regresar a ellos, enviando a Timoteo para fortalecer y alentar su fe. Expresa su gozo y gratitud al enterarse de su firmeza en la fe a pesar de la persecución, y les asegura su profundo afecto y sus fervientes oraciones por ellos.

Instrucciones sobre la Santificación (4:1-12)

Pablo exhorta a los tesalonicenses a vivir vidas santas, evitando la inmoralidad sexual y practicando la honestidad y el amor fraternal. Les insta a vivir una vida tranquila, ocupándose de sus propios asuntos y trabajando con sus propias manos para no depender de los demás.

La Venida del Señor (4:13-18)

Pablo aborda las preocupaciones de los tesalonicenses sobre el retorno de Cristo y la suerte de los creyentes fallecidos. Les asegura que los muertos en Cristo resucitarán primero, y los creyentes vivos serán arrebatados para encontrarse con el Señor en el aire. Les anima con la esperanza de la vida eterna y les insta a consolarse mutuamente con estas palabras.

Exhortaciones Prácticas (5:1-28)

Pablo advierte a los tesalonicenses sobre la venida repentina del día del Señor, instándolos a permanecer vigilantes y sobrios y a no dormir como los demás, sino a estar alerta y vestidos con la armadura de la fe y el amor. Les exhorta a vivir en paz unos con otros, a ser agradecidos en todas las circunstancias, a no apagar el Espíritu y a abstenerse de toda forma de mal. Les anima a probar todas las cosas y a retener lo bueno, a abstenerse de toda forma de mal y a guardar el mandamiento de la santidad.

Conclusión y Bendición (5:23-28)

Pablo ora para que el mismo Dios de paz santifique completamente a los tesalonicenses, y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Les asegura que Dios es fiel y los bendice con su gracia. Les insta a saludarse unos a otros con un beso santo y a leer la carta a toda la iglesia.

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